lunes, 29 de febrero de 2016

Un perro, Alejandro Palomas


SINOPSIS: «R estaba sentado en la alfombra, junto a la cama, exactamente como le había visto la noche de la tormenta que un año antes nos había cambiado la vida a los dos. Me miraba fijamente y jadeaba, inmóvil, como cuando en verano se tumba al sol en la terraza, envuelto en calor.»
Sentados en una cafetería una tarde de principios de verano, Fer y su madre, Amalia, esperan una llamada que no llega. Durante las horas siguientes, Fer hará lo imposible por ocultar lo que se esconde tras esa temida llamada que puede hacer añicos la calma que se ha instalado en la familia desde que, siendo apenas un cachorro, R llegó a su vida. Pero quizá esa calma sea más precaria de lo que parece. Cuando el teléfono por fin suena, la noche traerá consigo una inesperada compañía, y con ella llegarán un torrente de confesiones, verdades que quizá no lo eran tanto y las cinco letras de un nombre que, tirando del álbum familiar, Fer deberá atreverse a invocar para que la vida vuelva a mostrarle, a él y a los suyos, su mejor versión.
Un perro no es solo el retrato del fascinante vínculo entre un hombre y su perro, sino también un remolino de emociones en el que confluyen una mirada tierna y cruda al universo familiar y un homenaje al amor en todas sus manifestaciones.
Esta es la segunda novela que leo de este autor y debo decir que me gusta su estilo narrativo, cómo cuenta lo que tiene que contar. Tan pronto te ríes en una escena como en la siguiente estás con la lágrima a punto de caer. Es un autor que logra plasmar con maestría los sentimientos y las emociones de sus personajes. Sus historias consiguen que no sea una mera espectadora de lo que estoy leyendo, sino que soy una parte más de sus tramas.  

La trama puede parecer sencilla, porque carece prácticamente de ella, ya que lo es importante para el autor es lo que sucede o lo que se habla durante las horas de espera en una cafetería de Barcelona. Un perro es el retrato de una familia muy peculiar, aunque siempre me hago la misma pregunta: ¿qué familia no lo es? Amalia, la madre, es una mujer que casi no ve y se vale de una perra para desenvolverse. Es olvidadiza y a veces entiende las cosas de aquella manera, aunque conforme avanza la novela vamos advirtiendo que tiene un tipo de vista muy aguda y que no se le escapa lo que es esencial. Ella lleva un ritmo diferente al que tienen sus hijos y esto le hace reflexionar con calma para después hallar la solución a más de un problema. Salvando las distancias, me ha recordado en muchas situaciones a Cándida, una mujer que escuchaba hace muchos años en un programa de radio de Gomaespuma.

Durante casi toda la novela hay un escenario único, y tiene algo de teatral, sin llegar a serlo porque no tiene tantos diálogos. Esta es una novela de situación, de personajes, porque no hay ninguno que tenga desperdicio. Si la madre es uno de estos personajes que te roban el corazón, Fer, el hijo pequeño, también lo es. En estas horas de espera van saliendo a la luz algunos detalles de esta familia y sobre todo en qué momento se encuentran cada uno de ellos.

No solo esperan una llamada esperanzadora sobre la situación de R, el perro de Fer, también es una llamada de atención de unos miembros hacia otros. Así conocemos por qué Silvia, la hermana mayor ha montado una empresa ecológica de limpieza, o por qué Emma prefiere sincerarse con Fer antes que con su hermana mayor o con su madre. Sin embargo, de alguna manera, es Amalia, como una gallina clueca, la que consigue hacer un hueco bajo el ala a cada uno de sus hijos.  

En fin, Un perro es una novela que me ha llegado muy adentro. Si no conocéis la pluma de este autor, ya estáis tardando.

sábado, 27 de febrero de 2016

Historia del futuro según Glory O´Brien


Creía que el futuro no tenía nada que ofrecerle hasta que adquirió la capacidad de verlo… y quizás de cambiarlo. Glory no sabe qué hacer con su vida. Marcada por el suicidio de su madre, atrapada en una amistad que se desintegra, a punto de graduarse pero sin planes en perspectiva, alberga un temor secreto: seguir los pasos de su madre, como predicen las estadísticas. Hasta una extraña noche en que Glory adquiere la capacidad de asomarse al futuro. Cada vez que mira a una persona, ve a sus antepasados y a sus descendientes. Ve acontecimientos del pasado y del porvenir. Ve el infinito. Y descubre que la humanidad se dirige a un destino aterrador. ¿Qué harías tú? ¿Intentarías cambiar el curso del mañana, transformarlo, darle la vuelta… aunque pensases que el futuro no cuenta contigo? Entre la crítica social y el realismo mágico una fascinante historia que recorre los tortuosos caminos de la pérdida, el destino y, por encima de todo, la libertad.
 Hacía tiempo –quizás años– que no me topaba con una historia (juvenil) tan extravagante y de una personalidad tan marcada, como tener una amiga con el pelo azul o con la cara tatuada de mandalas. Como un trébol de cuatro hojas, o como un limonero de mi pueblo, que da también naranjas. No puedes dejar de mirarlo y de admirarlo. Y uno reacciona, es incapaz de mantenerse indiferente ante tanta peculiaridad, ante tanta extrañeza. Es la literatura del asombro. Algo así es Historia del futuro según Glory O’Brien, que llega a España de la mano de Puck y después de haber recogido más de una decenas de premios y que nos cuenta la historia de una joven, la que da título a la novela, que acaba de graduarse, huérfana de madre, y con una única amiga con la que, después de beberse un murciélago –sí, así, como suena-, empieza a tener visiones del futuro. La trama, en principio disparatada, encaja a la perfección y se convierte en un gran vehículo para hablarnos de la esperanza (o la desesperanza), la soledad y los afectos.
            Y esta novela, como ejemplar único de una especie única, no puede encasillarse en un género: podría ser (y lo es) una historia de corte realista, con guiños al realismo mágico y a la ciencia-ficción. Y aborda con una honesta profundidad asuntos delicados, como el sexo juvenil, la entrega de la mujer al hombre, las sectas y hasta el sucidio, el dolor y la violencia. Es impresionante la forma en la que se reconstruye la muerte de la madre a través de unos diarios en los que se pueden leer cosas como: “¿Podrás asimilar que sólo eres una persona normal?” Sin embargo, la autora, Amy Sarig King, apuesta por la cercanía para tocarnos el corazoncito. Y lo consigue. Y como contrapunto a este retrato de las emociones, están esas visiones de futuro en la que la protagonista sabe que en menos de un siglo habrá nuevas bombas, nuevas guerras y nuevas persecuciones. No hay demasiados cambios en el porvenir. Los Estados Unidos, por informaros, quedarán divididos en los Nuevos Estados Unidos y en los Viejos. Fíjense, por ejemplo, la valentía de la novela que habla de una amistad insana: la protagonista aguanta a su amiga porque dice que no tiene a nadie más. ¡Qué remedio!
            No es ésta una novela para cuadriculados o lectores que no quieren salir de su zona de confort. Historia del futuro según Glory O’Brien zarandea y nos deja, después de la última página, parpadeando de incredulidad, con la seguridad de que hemos leído algo diferente, de que hemos conseguido entrar en la mente y en los miedos de los protagonistas. ¿Qué es lo peor? Puede ser esa sensación de que a veces no pasa nada, pero no se dejen engañar: todas las páginas son importantes. Y presten atención al estilo, tan pulido, tan poderoso.
            Amy Sarig King se nos presenta como una autora valiente, atrevida y con una imaginación que parece un tsunami. Historia del futuro según Glory O’Brien no sólo me ha entretenido sino que me ha asombrado, me ha estimulado y me ha dejado con la sensación de que he aprovechado el tiempo. Esta novela requiere riesgo por parte del lector, y también sacudirse los prejuicios, no dejar de ller. Eso sí, está recomendado para mayores de 14 años, que en esa edad ya se pueda hablar con tranquilidad de gente muerta, de amigas insoportables, de guerras sangrientas y de ladillas.

PS: Yo soy de los que no me gusta eso de: compañeros y compañeras, amigos y amigas… Me parece que entorpecen la narración. Y en esta novela he visto un ejemplo.

jueves, 25 de febrero de 2016

Herbarium. Las flores de Gideon, Anna Casanovas


SINOPSIS: Un oscuro secreto familiar hizo que Sarah se marchara de Oxford a los dieciocho años. En su huída a Brasil dejó atrás una vida. Pero cinco años después, tras la muerte de su padre, se ve obligada a regresar. Quiere ver a su abuela Sylvia, la mujer que la crió de niña y que ahora sufre Alzheimer.
Sarah cree que estará solo unos días, pero cuando va a la Universidad donde su padre era profesor de química descubre que él se ha pasado los últimos años estudiando a Jane Eyre y buscando los dibujos de unas misteriosas flores, las flores de Gideon.
¿Quién es Gideon? ¿Qué significan esas ilustraciones? ¿Qué tiene que ver Jane Eyre en todo esto? Aunque su abuela parece conocer las repuestas, no puede ayudarla.
Lo más paradójico es que el único que puede hacerlo es Liam Soto, profesor estrella de la Universidad de Oxford, el mayor experto en Jane Eyre de Inglaterra y él ni quiere ni puede estar cerca de Sarah.
A través de las flores de Gideon, Sarah descubrirá el pasado de su abuela y una gran historia de amor que tal vez la ayude a recuperar su vida y le dé las fuerzas necesarias para desenterrar lo que de verdad se esconde en su corazón.
Herbarium, Las flores de Gideon es la novela ganadora del segundo premio Titania. Ya desde el inicio vemos que es una historia compleja porque se mezclan dos tramas que van paralelas, la de Sylvia y la de Gideon, que corresponde al pasado, y la de Sarah y Liam, que corresponde al presente. Una historia que habla de las segundas oportunidades, de las almas gemelas, del AMOR en mayúscula. No he leído las otras dos novelas que fueron finalistas, pero esta obra me parece excepcional.

Hacía mucho tiempo que una historia no me emocionaba y conmovía tanto. Es intensa desde la primera página hasta la última, sobre todo la parte que se refiere a Gideon y Sylvia. Una vez que cerré la novela, suspiré aliviada por tener a mi lado a mi alma gemela, porque no siempre tienes la suerte de poder estar con ella.

Esta es una novela que me ha recordado a las grandes obras antiguas, una historia que hay que leer con tranquilidad. Está cocida a fuego lento, con cariño y mucho mimo, con los ingredientes justos. Es como una rosa que se abre poco a poco, porque esta obra es como una flor que se va descubriendo poco a poco. Se nota todo el trabajo de investigación que hay detrás de ella. Felicito a la autora por esta labor y por saberla reflejar tan bien en ambas tramas.

Sarah regresa a Oxford tras la muerte de su padre, después de cinco años en Brasil. Se marchó porque no soportaba un secreto que le ocultó este. Como consecuencia de esta huída, dejó de hablar con él y no pudieron resolver sus diferencias. En este viaje corto que piensa que no le puede llevar más que unos días ha de visitar a su abuela Sylvia, enferma de Alzheimer, aunque aún mantiene algunos momentos lúcidos. Sylvia sostiene que lo que sufrió el padre de Sarah no fue accidental, sino que fue algo premeditado. La abuela también le pide a su nieta que encuentre las flores de Gideon, porque gracias a ella resolverá todo el misterio que envuelve la muerte de su único hijo.

Cuando Sarah huyó de Oxford también dejó atrás una historia de amor con Liam, un amor que no ha podido olvidar. Él es un profesor de literatura en Oxford especializado en la obra de Charlotte Brontë, Jane Eyre. Esta novela es especial en ambas tramas.

A esta primera historia hay que añadirle la que vamos a ir conociendo gracias a las flores de Gideon, que nos traslada al inicio de la Segunda Guerra Mundial. Sarah tiene que recuperar para Sylvia las flores que hay olvidadas en algunos ejemplares de Jane Eyre. Esta es la trama, la de la investigación, la que realmente me ha parecido maravillosa y por la que he soltado más de un suspiro.

En cualquier caso, me parece que ambos argumentos están muy bien hilados y se sostienen gracias a los personajes tan complejos que hay, ya sean principales o secundarios. Pero si me tengo que quedar con uno, Gideon me ha robado el corazón. Si aún estás dudando si leer esta obra, ya os digo que solo él lo vale.

Resumiendo, Herbarium, Las flores de Gideon tiene todos los ingredientes para que ocupe un lugar especial entre las lecturas de este año. Sin duda la recomiendo.

miércoles, 24 de febrero de 2016

Nosotros, los de entonces


Seis amigos de la universidad. Doce años sin estar juntos. Dos días en un idílico hotel rural de la Provenza para desempolvar viejos recuerdos. Jorge, Valva, Lourdes, Cecilia, Roberto y Mauro se conocieron en la Escuela de Bellas Artes y fueron inseparables. Pero el paso del tiempo se ha encargado de poner distancia entre ellos. Un día, por medio de un mail, Jorge invita a todos a pasar un fin de semana en el hotel de Valva en Saint Rémy, porque hay una noticia que quiere compartir con ellos. Aunque la primera reacción de algunos es poner una disculpa, Robe explica a sus amigos que Jorge tiene algo muy serio que comunicarles y que es imprescindible que estén todos. En esas circunstancias, unos y otros dejan atrás sus obligacionesy parten a la Provenza. Estos seis amigos tendrán dos días para desempolvar viejos recuerdos, para curar heridas, para ventilar rencores, para aclarar malentendidos. Dos días para decirse cosas que se ocultaron, para brindar, bailar, llorar y reírse. Para hacerse reproches y para darse las gracias. Y, sobre todo, para renovar el cariño que habían dejado dormir durante demasiado tiempo. Nosotros, los de entonces es una historia de lealtades y afectos, teñida de la nostalgia por los veinte años y el duro aterrizaje en los cuarenta, cuando uno hace balance y admite que algunos sueños ya no pueden cumplirse..., ¿o quizá sí?
 Y de repente un día te encuentras en los cuarenta y tantos, a la misma distancia de la cuna que de la tumba, y lo primero que te preguntas es cómo ha podido pasar todo tan rápido. “Pero si yo me siento como si tuviera veintisiete, treinta como máximo”, dirás. Es, pues, el momento de hacer cuentas y de poner en valor, de acostumbrarse a los fracasos, y de aceptar que la vida no ha sido lo que esperábamos (y que posiblemente ya no consigamos enderezarla). Aquí, en este delicado punto vital, se sitúa Nosotros, los de entonces, la nueva novela de Marta Rivera de la Cruz (Planeta), una tierna –que no edulcorada- historia sobre la amistad y los reencuentros, sobre los recuerdos, las rencillas y los silencios, sobre las cuentas pendientes: un grupo de amigos de la Universidad se reúne en un pueblecito francés después de más de diez años sin verse y bueno, las verdades van destapándose al mismo ritmo que las botellas de vino. Y no se preocupen, que no es una novela sobre el pesimismo, ni sobre lo terrible que es cumplir años.
            Tiene Nosotros, los de entonces cierta tendencia a lo teatral, y hablo de que, durante muchos pasajes, parece un texto escrito para representarlo en un escenario. ¿Por qué? Por el enorme peso de los diálogos, y por la naturalidad con la que están construidos, porque se desarrolla casi en su totalidad en un único escenario –ese delicioso hotelito rural-, por esa tela de araña de relaciones en la que nada es lo que parece, y por los propios personajes, con una evolución lógica y un tratamiento muy equitativo: cada uno tiene su momento de verdad, de ser absolutamente sincero. Con un estilo llano –sencillo, asequible- y el enorme reto de hacer creíble el comportamiento de estos cuarentañeros, Marta Rivera de la Cruz ofrece un retrato honesto de una generación y de un momento concreto de sus vidas; y el mensaje siempre apunta a la misma dirección: todos tenemos sueños no cumplidos, todos cargamos con nuestra cota de fracaso, en un campo o en otro. Y ésa es quizá la gran enseñanza, la de aprender a vivir con lo que no esperábamos, la de aceptar eso de lo que no estamos orgullosos.
            Insisto en el que no es una novela triste ni descorazonadora. Es una historia coral, sin grandes aspavientos ni concesiones a la artificiosidad –como se etiquetan ahora algunas fotos, #NoFilter–, donde se abordan temas universales como la maternidad, el amor, la traición, el amor, el compromiso, el amor y, cómo no, los sueños sacrificados. Y los roles de los personajes son fácilmente reconocibles: el talentoso, el extravagante, la guapa, la menos guapa, la graciosa y el que iba a su rollo, y cada uno cumple su función en la trama de forma correcta. Además, la historia está salpimentada –utilizo este adjetivo, algo cursi, por razones que ahora entenderéis- con curiosas referencias al arte, y sobre todo a la gastronomía. Sí, señor, la buena mesa tiene un peso importante en esta novela.
            Nosotros, los de entonces es un canto a la nostalgia, o no. Quizás sea un homenaje a lo que fuimos y a lo que creímos que llegaríamos a ser. Quizás sea una invitación a superarse y a seguir adelante. Posiblemente sea todo eso: una historia sobre cómo hemos incorporado a nuestras vidas esos años locos de la Universidad donde nos pensábamos adultos. La novela recupera un asunto en apariencia viejo –la reunión de varios amigos y la revelación, poco a poco, de ciertos secretos-, pero Marta Rivera de la Cruz tiene la habilidad de hacerlo atrayente, de inyectarle una frescura que funciona muy bien. Y además, habla de eso que nos preocupa a todos, de ese proceso imparable que es la madurez. Señores, el fracaso también forma parte de la vida. Porque nosotros, los de entonces, éramos esos jóvenes enérgicos y soñadores que creíamos –realmente lo creíamos- que podíamos comernos el mundo.


martes, 23 de febrero de 2016

Crónica de la presentación de Igual te echo de menos que de más, de Olga Salar.



Este viernes 19 tuvimos la presentación de la nueva novela de Olga Salar y estuvo a cargo de Anabel Botella. Siempre es un placer coincidir con Olga, pero cuando puedes ver en primera fila, como me pasó a mí, el tándem que forman estas dos mujeres, disfrutas como una chiquilla y te quedas con la boca abierta. Es más que notoria la complicidad que reina entre ellas dos y el cariño que se tienen y eso se refleja, también, en la presentación.

Leer a esta autora es sinónimo de pasar un buen rato y enamorarte de sus personajes y aunque no me he leído (todavía) su nueva novela, por los comentarios hechos por Anabel y la misma sinopsis del libro, no me cabe la menor duda de que con esta historia ocurrirá lo mismo que con las demás de esta autora: Me engancharé sin remedio. 

Como podéis ver, la presentación tuvo lugar en La Casa del Libro de Valencia, un sitio que para muchas de nosotras se ha convertido, casi casi, en nuestro segundo hogar. Varios fines de semanas nos reunimos allí para hablar de literatura, intercambiar opiniones y echarnos una risa. El buen rollo es más que palpable y este viernes no fue una excepción. Ya se ha convertido en costumbre ir un poco antes de cada evento para tomar un café o, simplemente, hablar un rato. Y el pasado 19 fue también así. Llegué pronto, puede que demasiado, pero tras darme una vuelta por la librería, me encontré a Olga, con la que tuve el placer de poder disponer de unos minutos para ponernos al día y contarnos muchísimas cosas. Poco a poco fueron llegando más personas, y cuando me quise dar cuenta, la entreplanta estaba llena. ¡Menos mal que me habían guardado un sitio!

Fue una tarde muy divertida en la que las asistentes escuchamos embelesadas todo aquello que Olga nos tenía que contar. Fue tan interesante la charla de presentación que no se escuchaba ni un murmullo y, cuando llegó el turno de las preguntas, casi no nos quedaba ninguna en el tintero. Una tarde de la que me llevo una foto de recuerdo y, sobre todo, la certeza de que muy pronto devoraré esta nueva historia.





domingo, 21 de febrero de 2016

Ardiente verano, Noelia Amarillo


SINOPSIS: María, una mujer de poco más de treinta años, con un hijo adolescente y una vida cómoda en Madrid, se ve «obligada» a pasar las vacaciones de verano en el pueblo de su exmarido. Y no es que le haga mucha gracia… Un día, perdida en la sierra, encuentra una rustica cabaña de madera en un claro del bosque. Junto a ella hay un pequeño cercado con dos caballos; incapaz de resistir la curiosidad, se acerca para recrearse en sus movimientos sin saber que ella misma está siendo observada. A partir de ese momento todo su mundo dará un giro radical. Todo en lo que cree cambiará a manos de un desconocido que no permite que le vea la cara mientras le ordena, susurrante, que haga lo que jamás se atrevió a hacer. ¿Lo hará? ¿Se dejará llevar por las palabras encendidas, las caricias ocultas y la pasión prohibida de un hombre al que ni siquiera puede verle el rostro?
 Leer a Noelia Amarillo siempre es un placer, y puedo decir que después de leer varias novelas suyas me parece que es la mejor autora de erótica que tenemos en España. Está claro que esto es una opinión muy personal y tampoco las he leído todas, pero sí que puedo asegurar que nadie cuenta las escenas íntimas como ella.

Desde luego Ardiente verano hace honor a su título. Esta novela es capaz de subirte la temperatura corporal desde la primera escena, y por muchas duchas de agua fría que te des no bajará. Y es más, seguirás recordando ciertas escenas eróticas después de terminarla.

Tras un inicio de lo más ardiente, donde María, una mujer viuda, tiene un encuentro muy pasional con un desconocido, vamos sabiendo qué la lleva al pueblo en el que está veraneando. Ha llegado desde Madrid con su hijo adolescente y está en casa de su suegro, Abel. Pero en esta casa también vive Caleb, su insoportable y huraño cuñado, o al menos esta es la opinión que tiene María de él, aunque no la mía, porque ya os digo que en más de una ocasión me lo habría traído para casa.

María es una mujer madura y también compleja, porque a veces te dan ganas de estrujarle el cuello y no se aclara ni ella misma y otras veces le pegarías un sopapo cariñoso para que espabilara un poco. No fue feliz en su matrimonio, aunque siempre se ha engañado y ha hecho ver que sí, sobre todo con su hijo. Ahora que él está en una edad un poco difícil, María encontrará en su suegro un gran apoyo.

Caleb, el cuñado, también es un hombre que tiene muy claro lo que quiere. Tiene paciencia y ha sabido esperar a la única mujer de la que ha estado enamorado, María. Tiene una relación especial con Andrés, su sobrino adolescente. Sabe cómo tiene que tratarlo y no se corta ni un pelo cuando lo tiene que reñir delante de su madre.

Aunque en esta historia nos encontramos con un extraño hombre que hace realidad las fantasías sexuales de muchas mujeres y en concreto la de María (ay, cuántos suspiros nos ha hecho soltar este misterioso personaje).

También hay un secundario de lujo. Particularmente Abel es un hombre que me ha conquistado desde la primera vez que sale, ya no solo por sus refranes y sus pildoritas sabias, sino también por el sentido común que demuestra durante toda la novela. Estos son los suegros que se merecen un puesto de honor en nuestras vidas.

Quizá hay un detalle que no me ha quedado muy claro, que para nada desmerece la novela, y es que no me creo que María no supiera quién se escondía detrás de ese misterioso hombre con el que mantenía todos sus encuentros sexuales. O puede que lo supiera y no quisiera descubrirlo por temor a enfrentarse a sus sentimientos. Casi me decanto por esta segunda opción.  

Como os digo, Ardiente verano es una novela erótica que está muy bien narrada, con unos personajes que te robarán el corazón. Si te gusta la erótica, no dejes de leer esta historia. 

jueves, 18 de febrero de 2016

Baila conmigo, Cicatrices, Susana Bielsa


SINOPSIS: Todo el mundo tiene cicatrices… y muchas no se aprecian a simple vista. Ese es el caso de Julia, que tiene tantos remiendos a nivel físico y emocional que hasta ella misma ha perdido la cuenta. Una herida, sin embargo, permanece abierta y sangrante: tiene miedo. Miedo del mundo, miedo de la gente, miedo de su ex, miedo de sí misma. Decidida a hacer algo al respecto recorre medio mundo acompañada de Nacho, su mejor (y único) amigo con el objetivo de ser feliz. La meta es ya de por sí complicada, pero Julia tiene una dificultad añadida: aunque es perfectamente capaz de conectar con las personas que la rodean no sabe manifestarlo, en según qué momentos no entiende a la gente y en otras muchas ocasiones ni siquiera permite que la toquen. Vive en su propia realidad rodeada de datos, recuerdos y una montaña de traumas. ¿Conseguirá perder la rigidez que caracteriza su existencia? ¿Qué le depara su nueva vida? ¿Será capaz de salir de su burbuja y descubrir todo un mundo de vivencias y sensaciones hasta ahora desconocidas?
 Baila conmigo, Cicatrices es la primera novela (yo diría más bien novelón) de una trilogía. Conozco a la editora que ha apostado por esta historia y desde hace un tiempo me hablaba de ella con mucho, muchísimo entusiasmo. ¿Qué va a decir una editora de las obras que publica? En este caso todo lo que me dijo de ella es cierto. No solo me ha parecido original, también me ha conmovido y me ha removido por dentro muchas emociones, que es en definitiva lo que busco en una historia.

Para empezar, la protagonista es diferente al modelo de heroína al que estamos acostumbrados, o por lo menos yo solo he conocido a una mujer tan particular (Lisbeth Salander), y no estamos hablando de una novela romántica. Julia es una mujer con “cicatrices” que huye de un novio que la ha maltratado, y a esto hay que añadirle que tiene problemas para socializar. Puede que en un principio cueste empatizar con ella porque no suele mirar a la gente los ojos, como tampoco deja que nadie la toque. Tiene muy claro cuál es su espacio vital para no ponerse nerviosa. Aunque no esté diagnosticada como tal, se deja intuir que tiene el síndrome de Asperger. Todo cambia en ella cuando conoce a Matt, un actor de moda en Toronto, un hombre que también tiene cicatrices, aunque son del tipo que no se ven.

Conforme avanza la trama y conocemos a Julia, vemos la fragilidad de esta mujer, no solo por lo pequeña que es, si no por cómo se ha tenido que enfrentar a sus dificultades y a cuántas crueldades se ha tenido que sobreponer. Con Matt se enfrentará a un nuevo sentimiento, al amor, el arma más poderosa que puede haber. Él irá derribando con paciencia las barreras que tiene Julia. Porque si ella me parece una persona frágil, aunque de una gran entereza, él me ha ganado por su paciencia, por su generosidad y por respetar los tiempos de Julia.

Baila conmigo es una novela erótica, con varias escenas realmente buenas. Sin duda, el momento de la cremallera consigue que el vello se te erice. Pero también estamos ante una historia de personajes, porque lo que de verdad importa es la relación que se crea entre ellos.

Si los dos principales te robarán el corazón, también hay tres secundarios de lujo que a su manera sacan a julia de ese laberinto de puertas que es su mente: Nacho, Tamy y Pauline (hija adolescente de Matt).

Verdaderamente no nos damos cuenta de que a nuestro alrededor hay gente con una serie de características que necesitan de nuestro apoyo para que puedan integrarse en esta sociedad. Quizá, llegado a este punto, me hace replantearme quién es el que tiene el problema, nosotros, que tenemos las herramientas para se sientan bien o ellos que no saben cómo relacionarse.

Lo único negativo que se me ocurre destacar de ella, aunque que no afecta en nada a la historia, es que los capítulos son muy largos. Es una manía que tengo como lectora, algo muy personal.

Por lo demás, os recomiendo la novela sí o sí y espero con ganas la segunda parte. Desde aquí le pregunto a la editora ¿para cuándo? Detrás de estas páginas encontrarás una emotiva historia de amor. A mí me ha cautivado.  


miércoles, 17 de febrero de 2016

El Vampiro, de John William Podilori


El vampiro es el relato fundacional del género del «vampiro romántico». Polidori lo escribió en las tormentosas noches de verano, entre el 16 de junio y el 19 de junio de 1816 (en el que fue el año sin verano), en Villa Diodati, junto con Lord Byron, Percy Shelley, Mary Shelley, la condesa Potocka y Matthew Lewi s. Villa Diodati era considerado por Mary Shelley como un lugar culturalmente sagrado, en donde habían estado escritores como John Milton, Rousseau y Voltaire. El relato trata de exponer la fuerza del mito que hace que la gente común no crea en los vampiros, de ahí que el protagonista, Lord Ruthven, se aproveche de esta situación para cometer sus actos sanguinarios. Otra de las armas de Ruthven es su gran capacidad de seducción y su efectividad como lo que es, un vampiro, que destaca en el cruel final de este relato con el que Polidori transformó el personaje de vampiro del folclore en una personalidad aristocrática, causando gran impacto en la sociedad de la época. El vampiro influyó mucho en la literatura posterior como en Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu; El vampiro (1851) de Alejandro Dumas, que se inspiró en la figura de Lord Ruthven para su Conde de Montecristo; Berenice de Edgar Allan Poe, al igual que influyó en Gogol o Tolstoi (La Familia de Vourdalak) y sobre todo en Drácula de Bram Stoker. Además también influyó en el cine en la mayoría de las películas de vampiros, en las que el protagonista suele ser un personaje aristocrático, seductor, con grandes posesiones y con poderes sobrenaturales, al igual que el vampiro de Polidori.
Conocí este libro hace ya bastantes años, cuando todavía cursaba cuarto de la ESO. Me maravilló desde el principio, desde que conocí cómo surgió esta historia y lo que supuso para la literatura posterior. Imaginaos...De una especie de apuesta salen relatos tan magníficos como este del que estamos hablando ahora mismo o Frankenstein, que resultó el relato ganador. Fue en este contexto en el que busqué el libro, para leerlo, sobre todo tras saber que surgió de un relato que Lord Byron no terminó, uno cuyo testigo cogió Polidori y que sirvió de fuente de inspiración a Stoker para crear a su Drácula, junto a la Condesa Sangrienta, Erzsébet Bathory,

Ahora que estoy estudiando la literatura del siglo XIX, y justo después de que mi profesor nombrara este libro, vino de nuevo a mi cabeza y me entraron ganas de devorar sus páginas de nuevo. Sí, es cierto que los vampiros pueden considerarse ya un tema trillado, demasiado explotado en los últimos años, pero yo me declaro una gran admiradora de los vampiros que desprenden este magnetismo. De esos seres sobrenaturales de apariencia fría, de porte aristocrático...

Se trata de una historia muy breve, de un relato que a pesar de su escasa longitud tuvo mucha repercusión, como hemos podido ver, por lo que si como a mí, te gusta la literatura que versa sobre estos seres y quieres conocer los orígenes del vampiro romántico, te aconsejo su lectura. No te va a llevar mucho, a pesar de lo que se pueda llegar a pensar, el lenguaje no es complicado y tiene ese halo que caracteriza las novelas románticas del siglo XIX.

Me hubiera gustado que su extensión fuera más larga, es cierto, pero creo que tiene las páginas precisas para que resulte una buena historia. A pesar de la brevedad, los personajes quedan claramente dibujados, retratados no solo por el lector, sino por el autor, algo complicado para un escritor si no se disponen de una extensión considerable. Fue la semilla que originó a los grandes clásicos de este género y, en mi opinión, solo por eso, merece ser leído. Desde luego, se trata de una pequeña gran joya que tengo la suerte de que se encuentre en mi biblioteca personal.

martes, 16 de febrero de 2016

La reina de las nieves


Tras su enésima ruptura sentimental, mientras pasea desolado por Central Park en una noche helada, Barrett vislumbra una luz sobrenatural que flota en el aire. En ese mismo momento, su hermano Tyler intenta escribir una canción de amor para su novia enferma cuando faltan pocos días para la boda. Liz y su amante Andrew también contemplan los copos de nieve que cubren la ciudad, preguntándose una vez más por el sentido de las caricias cansadas que se dedican. Todo parece inmóvil, suspendido entre un quizá y un ojalá, pero esa luz... Al igual que en Las horas, Cunningham sorprende a sus personajes en momentos decisivos de sus vidas, instantes en que el placer, el deseo y la rabia se rozan y duelen. Nosotros, los lectores, lo acompañamos en esta aventura donde finalmente la vida respira y deja un hueco para la felicidad.
 A veces, el nombre de un artista queda irremediablemente unido al de su obra maestra, dos caras de una misma moneda, como Michael Cunnigham con Las horas, Picasso con El Guernica o Miguel Ángel con su David y Rebeca, con Duro de pelar. (Perdónenme la licencia), y es entonces cuando la obra define y persigue al artista para siempre. Sí, La reina de las nieves –publicada por Lumen– es el nuevo y esperadísimo libro del autor de Las horas, la novela ganadora del premio Pullitzer hace ya diecisiete años y cuya adaptación cinematográfica le dio a Nicole Kidman su único Oscar como Virginia Woolf con nariz postiza. Esta vez toma prestado el título de un cuento de Hans Christian Andersen para, en apariencia, hablarnos de la soledad, de las drogas y de la dificultad del amor, aunque en realidad Cunningham esté insistiéndonos, como ya hizo en Cuando cae la noche o en De carne y hueso, en la fragilidad del ser humano, en el volátil sentido de la vida –una pompa de jabón-, en la búsqueda de nuestro lugar y en el uso que hacemos de nuestros talentos. Sí, es una novela sobre esos inviernos que todos llevamos dentro, sobre nosotros, que estamos sedientos de milagros.
            El arranque, la premisa, las primeras páginas nos llevan hasta Borges y su Aleph cuando el protagonista, Barret, un gay de mediana edad que se recupera de otra ruptura amorosa, cree haber visto una luz extraña en el cielo durante un paseo nocturno –“y esa luz me ha visto a mí, como un padre que le dice a un hijo que lo está cuidando”- y esa experiencia mística –¿o la ha soñado?– le revela su insignificancia: pasó de ser un niño prometedor a un maduro mediocre, sus relaciones no funcionan y, para colmo, aún vive con su hermano Tyler, un cantautor drogadicto y fracasado que le escribe canciones de amor a su novia moribunda. Completan el elenco Liz, una mujer de cincuenta años que se empareja con veinteañeros; y Andrew, uno de los veinteañeros que queda fascinado por Liz y cuyos únicos dones son sus músculos y su credulidad. Y todos parecen estar haciéndose la misma pregunta: ¿Qué es esto de vivir? ¿Qué sentido tiene la vida, y querer a otros? ¿Qué pasará cuando no estemos? ¿Cambiará algo?
            Tira Cunningham de un curioso misticismo: la búsqueda del sentido de la vida a través de una experiencia pseudo-espiritual, como si esa luz que avista el protagonista fuera una señal de que todo va a ir bien. Y lo peor –el desencanto- es que no se produce ninguna mejora. Es este aura el que contagia la trama y el que plantea continuamente la pregunta: ¿quién no quiere la magia, quién no quiere que algo le haga la vida más feliz?       Los que hemos leído al autor de Las horas y conocemos su apuesta narrativa sabemos de su estilo siempre tiende a lo poético o a lo asombroso –pretencioso, lo llaman algunos-, que se sustenta en esas conversaciones en apariencia banales, pero que resultan familiares al oído, y esas divagaciones, a veces excesivas y cargantes, sobre los detalles más inesperados. Y todo, al final, tiene un sentido, todo parece señalar a la misma dirección, que es la del menor de los males. Conformarse. Resignarse. Vivir como se pueda. ¿Y con qué nos encontramos? Con la muerte, las drogas, el amor amorfo, las cosas triviales que con el paso del tiempo serán importante, pero que ya es demasiado tarde para valorarlas. Y todo parece incluso más triste cuando George Bush, el peor presidente de América, según los protagonistas y muchos de nosotros, está a punto de ser reelegido.
            ¿Qué tiene Cunningham que nos obliga a posicionarnos en los extremos, que nos exige las emociones más pasionales? O admiras su prosa o te resulta artifical e insoportable; o relees una y otra vez sus diálogos y crees estar llegando al fondo de los personajes o te parecen insignificantes y fingidos; o sus divagaciones te parecen reveladoras o resoplas y pones los ojos en blanco de puro hastío. Y lo peor de todo es que todas las opciones pueden darse en el mismo libro, a lo largo de las páginas, porque así es el autor, y a eso nos tiene acostumbrado. ¿Qué serían de las emociones sin un poco de teatralidad? ¿Qué sería de la tristeza sin la espectacularidad de los dramas? Y eso él lo sabe muy bien.
            La reina de las nieves tiene la habilidad de dejarnos fríos –disculpen la correlación tan tópica-, conmocionados, tiritando de insignificancia. Esta novela, más compleja de lo que en principio parece, y más triste de lo que uno espera, tiene el carácter reconocible de Cunningham, cada vez más místico, cada vez más desencantado. Y el lector va leyendo con un aura de tristeza, como la cola de un cometa. Y después de leer, ¿qué? ¿Puedo ser más feliz de lo que estoy siendo? Y mientras me recupero, lo único que me queda claro es que es un placer leer a Cunningham, como si yo también hubiera visto una luz mágica. Su talento es indiscutible; su voz es peculiar, a pesar de sus excesos. Me gustan sus historias, aunque a veces, como un familiar extravagante, se vaya por las ramas y divague hasta la pesadez sobre lo humano y lo divino. Bienvenida, reina de las nieves.

sábado, 13 de febrero de 2016

Pájaros de América


Pájaros de América es el libro que situó a Lorrie Moore entre las voces más destacadas del panorama literario norteamericano de los últimos tiempos. Elegido Libro del Año por The New York Times y finalista del Premio Nacional de la Crítica, su fama saltó también a Inglaterra. En plena madurez de su estilo, Moore retrata a una serie de hombres y mujeres de la Norteamérica de hoy, seres solitarios y perdidos que han aprendido a vivir con sus decepciones, siempre con la sensación de encontrarse en el lugar inadecuado, de no ser los verdaderos protagonistas de sus vidas. Vidas que se diluyen en permanente contraste con el gran sueño americano, que transcurren como un viaje sin lugar de origen ni destino. Así, estas historias llevan impreso el sello de la realidad cotidiana convertida en tragedia, de lo vulgar que se transmuta en lo terrible. Con la sinceridad aplastante con que concibe el arte de narrar y el humor negro y mordaz que la caracteriza, Lorrie Moore ofrece al lector la ocasión de compartir su particular visión del mundo.
 Bien, Pájaros de América podría estar en esa sección nueva que me acabo de inventar y que podría llamarse Libros Que Salvaría De Un Incendio, Libros Que Me Hubiera Gustado Escribir A Mí o Libros Que No Me Canso De Leer Y Que Terminaré Por Saberme De Memoria, y en el que también estarían, por ejemplo La Regenta, de Alas Clarín, y La carretera, de Cormac McCarthy. Esta recopilación de relatos, publicada hace ya casi veinte años por Salamandra, significó mi descubrimiento y el comienzo de mi fascinación por Lorrie Moore, esta escritora norteamericana (1957) que ha conseguido consagrarse como una de las voces más potentes y también más peculiares de la narrativa contemporánea. Doy fe de ello. ¿Por qué? Por su capacidad para levantar imágenes, por esa prosa tan contundente y a la vez dotada de ese halo poético tan atractivo, por sus personajes, tan desubicados del mundo como alguna vez lo hemos estado nosotros, y por esa forma de dejar los relatos abiertos.
            Discúlpenme si exagero en sus alabanzas –que no lo hago–, pero todos necesitamos idealizar referentes, marcarnos metas. Y lo cierto es que Lorrie Moore es una meta altísima, un Edén literario. Nos dice la autora que estamos condenados a la incomunicación y que todos nuestros esfuerzos por entender a los demás y por hacernos entender son estériles; que nuestra condena es la de ir por el mundo sabiendo que estamos solos, que sólo podemos fingir que conectamos con los demás. Es por eso, que retrata con maestría matrimonios aburridos y terribles, relaciones de padres e hijos torcidas desde la infancia, y enfermedades graves. Tenemos, por ejemplo, familias que se reúnen en Navidad y donde sale a la superficie las afinidades y las rencillas; una mujer que no sabe cómo superar la muerte de su gato o una aburrida jovencita que hace un viaje con su madre insoportable. No se pierdan, por favor, -y léanlo antes de morir- el cuento Gente así es la única que hay por aquí: farfullar canónico de oncología pediátrica, una auténtica obra de arte en el complicado universo de los cuentos. Una maravilla.
            En uno de los cuentos, en el primero, la protagonista dice que a veces no sabe vivir, que cree que no le han dado las herramientas para hacerlo: como si le hubieran dado una sopa de sobre y un peine y llevara toda su vida peinando el sobre de sopa. Pues sí, esta gente es la que habita estos relatos, y la que se pasea por sus páginas sin posibilidad de redimirse. ¿Es pesimista? Puede, pero es una sensación más pesada y más profunda, es un acercamiento a la cara más afilada del ser humano, a ese mundo donde nuestras únicas armas son nuestras debilidades, nuestros fracasos. El título, Pájaros de América, está sacado de una de las reflexiones de la autora en la que se pregunta si los pájaros quieren decir algo cuando pían, “o nada de nada”. Yo prefiero a Lorrie en los relatos: en las novelas no se halla y las historias suelen terminar convertidas en algo caótico y lento.
            Déjense llevar, confíen en mí y lean Pájaros de América, y sucumban al desconcierto, y al pesimismo literario. Se quedarán fascinados con la capacidad de Lorrie Moore de enlazar cosas extrañas, de hacer comparaciones absolutamente brillantes y de convertir la cotidianidad en una disección fascinante de la naturaleza humana. A esta autora hay que conocerla y, si consiguen pillarle la onda, amarla. Amarla mucho y seguido, como yo.   

jueves, 11 de febrero de 2016

El juramento de Isabel, C. W. Gortner


SINOPSIS: Isabel de Castilla fue la reina guerrera que culminó la Reconquista y favoreció el viaje a Cristóbal Colón a América, pero poco sabemos de sus primeros años, del aislamiento de su infancia junto a una madre mentalmente inestable, o de cómo desde muy joven se vio obligada a vivir en la corte de su hermanastro, donde los nobles se disputaban el favor del excéntrico rey mientras su envidiosa esposa planeaba destruir a todos sus rivales, entre ellos Isabel y su hermano menor, Alfonso. Isabel será retenida contra su voluntad, sospechosa de traición durante una revuelta contra el rey, y su decisión de casarse con Fernando de Aragón —del que queda prendada nada más conocerlo, alumbrando una historia de amor que durará toda su vida— conmociona a buena parte de la nobleza castellana. Estos hechos serán determinantes para que emerja como la nueva heredera de Castilla, embarcándose en una cruenta lucha por un trono que nunca antes había deseado. El juramento de Isabel. La vida de una mujer apasionante, cuya biografía ha saltado de los libros de historia a la televisión.

Acabo de terminar esta novela y tengo que reconocer que me ha dejado muy buen sabor de boca. Hay que ver, que con lo que me gusta la historia, qué poco sabía de la vida de esta reina, Isabel la Católica y la idea tan equivocada que tenía de ella. No sé de dónde surgió esa imagen que tenía preconcebida sobre Isabel, pero desde luego después de leer esta novela y de ver la serie, he cambiado de parecer. Para nada se parece a esa Isabel inculta, sucia y con pocas miras de futuro que yo creía que era.

Isabel la Católica fue una mujer de su tiempo que jamás soñó con ser reina y trató de mediar entre Alfonso (su hermano pequeño) y Enrique (su hermanastro mayor). La experiencia de otras monarcas no había sido buena y los reinados habían durado muy poco. Isabel siempre apoyó a su hermano, el rey Enrique IV, aunque tuvo sus más y sus menos con él.  

En la novela se habla de la figura histórica, pero también conocemos a la mujer, hermana, amante y madre que fue. Es cierto que pasa por encima de algunos datos históricos, pero este detalle tiene su aspecto positivo, al menos para mí, porque nos acerca mucho más a la mujer que fue en la intimidad. Esto también le da agilidad a la narración.

Uno de los logros de esta novela historiada es el ritmo que mantiene, que no habría sido posible si el autor se hubiera detenido a detallar los hechos históricos. Para nada se hace aburrida a pesar de las más de 600 páginas que tiene, se deja leer muy bien. Está claro que los diálogos son ficcionados, pero son muy buenos y quiero pensar que se acercan mucho a la realidad, reflejando posiblemente cómo se comportó ella.

El autor nos muestra una mujer obcecada, aunque también renacentista, un movimiento que estaba naciendo y extendiéndose por toda Europa. Nos la muestra como un personaje inteligente que asume su destino cuando es coronada reina a la edad de 23 años. Antepuso su deber como reina para con las Cortes de Castilla a todo lo demás. Limpió de nobles corruptos la corte y tuvo claro desde el inicio de su reinado la frase que rigió su matrimonio con Fernando: tanto monta, monta tanto. También vemos que es una mujer con una visión de futuro de la que carecía su marido, o al menos, así lo he sentido yo. Trajo las primeras imprentas a España con el ánimo de que el pueblo leyera, y promulgó una ley para que las mujeres pudieran acceder a las universidades y dieran clases. Cabalgó al lado de su marido en tiempos de guerra. No tuvo clara la expulsión de los judíos después de la caída de Granada, pero finalmente transigió. Estaba más cerca de su confesor, el que luego fuera el Cardenal Cisneros que con Torquemada, el azote de los judíos. Se dejó seducir por la idea de un marino genovés, llamado Cristobal Colón, para atravesar el mar Océano en busca de otra ruta hacia las Indias (aquí es donde acaba la novela, aunque no la vida de esta mujer tan increíble).

Desde luego nada de lo que comento es un spoiler, todo forma parte de la historia. Lo interesante de la novela es acercarse al personaje que no se conoce tanto. A mí, me ha encantado conocer a la mujer que había detrás de la reina. 

miércoles, 10 de febrero de 2016

El amor está de moda


El sueño de Cocó es convertirse en una diseñadora, aunque no una de fama mundial. Lo que de verdad quiere es trabajar para la mujer real. Tiene muy claro su objetivo, pero este puede estar en peligro cuando comienza a tratar con Lana Chantal, una modelo tan hermosa como insufrible, y con Guy Larroquette, un diseñador a punto de dejar su huella en el complicado mundo de la moda. ¿Qué ocurrirá cuando tengan que trabajar codo con codo para sacar una nueva colección adelante? El amor está de moda es una novela ácida y mordaz que te atrapará desde la primera página gracias al impecable estilo de la autora, de unos personajes excepcionales y de la magia que sobrevuela el mundo del diseño.
Hoy voy a reseñar un libro que ha salido hace apenas una semana y que, sencillamente, me enamoró. Se trata de El amor está de moda, de Arwen Grey. Las personas que, como yo, somos apasionados de la novela romántica, en todas sus vertientes, sabemos muy bien que la estructura es la misma en todas y cada una de las novelas, pero eso no significa nada. A menudo nos encontramos con una historia que nos conquista y a mí me ha pasado con la obra de esta autora.

 Bajo el manto de la moda, nos encontramos con una historia cuyos personajes son, realmente, sublimes. Frescos, divertidos y, sobre todo, muy temperamentales. Esos rasgos serán los que doten a la novela de una originalidad que nos mantendrá enganchados desde primer momento. Cocó, la protagonista de esta historia, ha vivido toda su vida entre hilos y botones, gracias a que su madre tiene un taller de costura y ella ha estado allí desde que tiene memoria. Guy es el misterio personificado. Hay algo adictivo en él, algo que nos impulsa a seguir leyendo una página tras otra para conocer aquello que esconde. Un personaje muy carismático, bien construido y, sobre todo, llamativo. Alguien que dota a esta novela de una fuerza excepcional.

Sin embargo, no solo son dignos de mención los protagonistas, los secundarios juegan un papel muy importante en el desarrollo de los acontecimientos y, además, despiertan en nosotros una serie de emociones, sensaciones, que va desde la ternura hasta la diversión más absoluta. Es más que probable que, como me pasó a mí, ciertas escenas del libro te saque ya no solo una sonrisa, sino una carcajada.

La moda, el misterio que rodea al personaje principal es lo que conforma el aliño de esta historia, pero a esto hay que sumarle la música y, sobre todo, el baile. La novela no sería la misma sin la importancia que tiene el tango, ni sin los personajes que aparecen en uno de los escenarios. Los personajes, ya sean principales o secundarios y los diversos escenarios conforman el engranaje de la novela, uno que no podría haber resultado mejor. 

En cuanto a la narración en sí, la pluma de esta autora es elegante. Con su forma de escribir consigue que nos metamos de lleno en la historia, desde la primera página. Los diálogos son muy buenos y eso también tiene un gran peso en el hecho de que la historia enganche de esa forma. Los dos protagonistas tienen que amoldarse para trabajar juntos cuando su visión de la moda es muy distinta y eso, desde los primeros capítulos, hará que leamos diversos choques, diversas riñas que, si como a mí, te gustan los piques entre los personajes, no te dejarán indiferentes.

En definitiva, es una novela más que recomendable si te gusta el género romántico. Una historia muy bien hilada que me ha sorprendido muy gratamente. Ha sido una sorpresa descubrir a esta autora, porque hasta ahora no había leído nada de ella, pero si todas sus historias están escritas de esta forma, no dudaré en leer algo más de ella. Y espero que más pronto que tarde.


martes, 9 de febrero de 2016

Sumisión


Francia, en un futuro próximo. A las puertas de las elecciones presidenciales de 2022. Los partidos tradicionales se han hundido en las encuestas y Mohammed Ben Abbes, carismático líder de una nueva formación islamista moderada, derrota con el apoyo de los socialistas y de la derecha a la candidata del Frente Nacional en la segunda vuelta. François, un profesor universitario hastiado de la docencia y de su vida sexual, que a sus cuarenta años se había resignado a una vida aburrida pero sosegada, ve cómo la rápida transformación que sucede a la llegada del nuevo presidente al Elíseo altera la vida cotidiana de los franceses y le depara a él un inesperado futuro. Los judíos han emigrado a Israel, en las calles las mujeres han cambiado las faldas por conjuntos de blusas largas y pantalones, y algunos comercios han cerrado sus puertas o reorientado el negocio. Y la Sorbona es ahora una universidad islámica en la que los profesores conversos gozan de excelentes salarios y tienen derecho a la poligamia. Al igual que Huysmans, el escritor del siglo XIX convertido al catolicismo al que consagró su tesis, François sopesará pronunciar las palabras que le abrirán las puertas de la religión islámica y de una nueva vida: «No hay más dios que Alá y Mahoma es su profeta.»
 Michael Houellebecq es –o tiene fama de- alcohólico, misógino, racista y hasta pornógrafo. Unos dicen que es el mejor escritor francés vivo; otros creen que está tan lleno de complejos que sólo retrata lo peor de la sociedad y que no deja de abordar los mismos temas, una y otra vez, pero en lo que todos coinciden es que es un provocador nato; incluso ha sido juzgado (y absuelto) por pasearse por los límites de la libertad de expresión. De hecho, tiene escolta, y más aún después de publicar Sumisión (Anagrama), que salió a la venta justo el mismo día del atentado de Charlie Hebdo, y donde imagina una Francia gobernada por la Hermandad Musulmana. ¿Y qué pasa entonces? ¿Qué cambios trae la subida al poder de los islamistas? En la universidad francesa sólo contratan profesores musulmanes, se permite la poligamia, se prohíbe que las mujeres accedan a ciertos puestos de trabajo. Y seguimos: se aceptan los matrimonios con adolescentes, se vigila de cerca la educación, se ignora a los judíos, que empiezan a abandonar el país. Y con este panorama es en el que conocemos al protagonista, François, un profesor amargado y tremendamente infeliz que se plantea si quizá viviera mejor adaptándose a los cambios. Podemos leer esta novela como una llamada de atención, como una alerta sobre si Francia (y también Europa) están a punto de estrenar una nueva etapa en la que les toca despedirse de las libertades que nos han acompañado durante tantos siglos o también como todo lo contrario. Lo cierto es que es una historia absolutamente perturbadora. Inquietante.
            «Es la sumisión. La idea asombrosa y simple de que la cumbre de la felicidad humana reside en la sumisión más absoluta». Así, con estas palabras que son como un mazazo y que pronuncia uno de los personajes, se resume la trama de esta novela; una historia sobre el declive, sobre la necesidad de obedecer, sobre la nostalgia por el orden que se pierde. No hay felicidad fuera de la sumisión a los otros, así es el ser humano, y con esa certeza lo cuenta Houellebecq. Para los lectores que conocen al autor, su estilo sigue siendo duro y fluido; para los que no lo han leído antes, tiene pulso, es aparentemente seco, pero con una extraña delicadeza. ¡Qué bonito es eso de retratar es caos desde lo poético, desde lo bello! Es una historia bien estructurada, bien llevada, con una habilidad innegable para trabajar y contagiar una tensión que es como una corriente de electricidad que subyace al argumento y que va creciendo en intensidad. Y lo más asombroso es que el autor mantiene la calma, relata los hechos con una impostada naturalidad.
Y Houellebecq no ahorra en pesimismo, no se autocensura al retratar esa nueva Francia en la que ya nada es como era: la Hermandad Musulmana, bajo la apariencia de moderación, transforma Francia y hace omnipresente el Islam. Sumisión asusta, estremece, engancha. Es una novela  política de ficción, una novela valiente de política de ficción. Nos convierte en adictos de esa historia que imagina Houellebecq. Y al final, justo en la última página, cuando uno toma aire y se llena los pulmones, no le queda claro si se trata de una advertencia o de todo lo contrario, si está alertándonos o si simplemente es la ficción, la (muchas veces inofensiva ficción. Lean, y decidan ustedes mismos.

domingo, 7 de febrero de 2016

Igual te echo de menos que de más, Olga Salar


SINOPSIS: Cuando Olimpia se da de bruces con su pasado, presiente que sus problemas no han hecho más que empezar. Allí estaba él, mirándola fijamente con sus ojos negros, sin previo aviso y más atractivo todavía de lo que recordaba. Y Olimpia que creía que lo había superado... Como ella es una optometrista de lo más profesional, está dispuesta a probarse todas y cada una de las lentes correctoras que ha ido acumulando a lo largo de los años: las de los “sueños rotos”, las de la “venganza”, las de la “solitaria estabilidad” y las de “la ilusión”. Pero no se decide a probar esas que llevan por marca Dale Otra Oportunidad. Menos mal que en esta montaña rusa que es la vida estará acompañada por sus estupendos jefes, Gerardo y Arturo, parientes de “su pasado”, su inseparable amiga Lola, quien sufre el ataque de las malditas hormonas, y su hermano Nico, un Dj enemigo de la pena que está deseando poner ritmo a la banda sonora de su futuro. En Igual te echo de menos que de más palparás lo vivo que permanece el pasado en ese lugar que llamamos “recuerdo”, y cómo somos capaces de distorsionar su reflejo con el transcurso de los daños y la colaboración imprescindible de un corazón recompuesto con celo de color rosa.

Leer a Olga Salar siempre es una apuesta segura porque sus historias son divertidas y pasas un buen rato. También suelo coincidir con sentido del humor que advertimos en sus tramas, un humor para nada chabacano, más bien elegante y en muchas ocasiones mordaz. Además hay un motivo más por el que esta autora me gusta tanto: sus diálogos son ágiles, frescos y tienen mucha chispa, algo que valoro mucho a la hora de leer una historia. Para mí una novela tiene que tener diálogos creíbles, porque es de la única manera que tenemos para conocer a los personajes.

Olimpia (la autora tiene predilección por los nombres de chicas griegos, a tenor de otras novelas que he leído de ella) es una mujer alegre, dulce, amable, amiga de sus amigos y que trabaja en una óptica, pero se avecinan cambios en su trabajo. Estos cambios tienen que ver con un pasado doloroso, en concreto con Martín, su primer amor, que de la noche a la mañana desapareció de su vida sin dar explicaciones. A pesar de querer mantener las distancias con él, le resulta difícil porque él está dispuesto a todo.

Martin es un hombre con las ideas muy claras, y desde el principio nos muestra cuáles son sus intenciones con respecto a Olimpia. Va al grano y no se anda por las ramas. Ha venido a España no solo porque quiere ampliar su negocio de ópticas, sino también quiere reconquistar a Olimpia.

Otro aspecto a destacar de esta novela es la agilidad con la que se lee, puede que porque entremezcle la trama de Olimpia y Martin con la de Nico y Natalia, que es igual de interesante que la de la pareja protagonista. Casi me han gustado más las escenas íntimas de esta pareja. En este punto yo me pregunto si Olga hará una novela sobre ellos. La sensualidad que percibimos a lo largo de toda la novela también es un sello particular de la autora.

Como en todas las novelas de esta autora sus secundarios tienen mucho peso. Están Lola y su marido, así como la pareja de gais que son encantadores. Quizás se me ha quedado corta, y no lo digo como algo negativo, sino porque me habría gustado saborear mucho más esta historia. Cuando una novela está bien escrita y tiene personajes bien construidos deseo que la trama se alargue un poco más.

Me gustaría también felicitar a la editorial porque las portadas como la edición siempre me suelen gustar bastante.

Resumiendo, Igual te echo de menos que de más es una novela que habla sobre las segundas oportunidades, sobre el valor de la confianza y en la lealtad que depositamos en las personas que queremos. Es una historia divertida, ágil, que se puede leer en cualquier momento.

miércoles, 3 de febrero de 2016

Misión Hippy


El teniente Martín Galán, del Grupo de Operaciones Especiales, ha sido entrenado para enfrentarse a cualquier situación. Por eso, rescatar a una joven hippy que se ha quedado suspendida de un poste mientras colgaba una pancarta antimilitarista no debería suponer mayor problema. ¿O sí? Zoe de la Prada es altruista, impulsiva y honesta. Su pensamiento liberal y su lucha contra las injusticias la ponen en el ojo del huracán cuando tiene que ser rescatada por un teniente autoritario que, con su manera de proceder, no hace mas que confirmar los reparos que tiene la joven en contra del Ejercito. ¿O no? ¿Qué sucede cuando dos personas de mundos completamente distintos se atraen? ¿Dejarán que sus diferencias las separen? Para Zoe y Martin esta será su principal misión.
Encontrarte con una autora de la que no has leído nada puede llegar a asustar, ya que no tienes ningún tipo de referencia, pero si todas esas nuevas historias que te vas encontrando fueran como la de Tessa, el pasar un buen rato está asegurado. Nos encontramos ante una novela fresca, diferente ya desde su planteamiento. Una de las cosas que más me llamaron la atención fue, precisamente, el proceso de escritura ya que la autora comenzó esta aventura narrativa desde su blog, escribiendo semana tras semana y respetando las opciones que los lectores iban votando. Eran ellos los que decidían el camino que los personajes tomarían. Tras conocer esto, lo cierto es que te llama todavía más la atención, o al menos eso fue lo que me ocurrió a mí.

Nos encontramos ante una novela que dura un suspiro, que nos va atrapando página tras página gracias a unos personajes cuya química es innegable desde el primer capítulo. Nos atrapan, nos sacan una sonrisa. Zoe es una muchacha que intenta encontrar su hueco en el mundo, que intenta vivir más allá de la opresión de su padre, de lo que él espera de ella. Quizá eso sea lo que la lleva a, como dice la sinopsis, colgar una pancarta antimilitarista, quedando ella suspendida, teniendo que ser rescatada nada menos y nada más que por Galán.

Desde ese primer encuentro vemos como saltan chispas entre ellos y es que la autora nos regala escenas realmente entretenidas, luchas internas, ruptura de los esquemas. Y es que desde el momento en el que se conocen, tanto el uno como el otro comienzan a romper los esquemas que creían tener más que fijados. Misión Hippy es una novela que, perfectamente, podría resumirse con esa célebre frase que dice que las apariencias engañan. Sí, lo hacen, y Tessa nos invita a descubrir de primera mano hasta qué punto puede ser esto cierto. 

El amor es el tema por excelencia de la novela, eso es incuestionable, pero también se trata de una novela en la que la amistad tiene un peso muy importante. Es cierto que en el mundo militar, aunque sea tan solo por pura deducción, la confianza es importante ya que muchas veces tu vida depende del otro, pero no me refiero tanto a esto, sino al hecho de que, por ejemplo, Martín puede confiar en Potro más allá de lo que a la vida militar se refiere. No son solo compañeros, Potro no es solo su subordinado, es su amigo. Me atrevería a decir que su mejor amigo, y un personaje del que quieres saber más, que te gusta desde que cae su fachada de militar y conocemos algo más de él.

Hay que añadir que, a pesar de que al acabar tienes ganas de conocer la historia que hay detrás de algunos personajes, se trata de una novela autoconclusiva. Una historia, como ya he dicho, fresca que nos hará pasar un buen rato. Y es que, si lo que buscas es divertirte, dejarte llevar por una buena historia de amor, esta es, sin duda, tu novela.

martes, 2 de febrero de 2016

Cortocircuito


Ainara, una estudiante de segundo de Bellas Artes, es atacada por un desconocido a la salida del cine una noche de finales de verano. A partir de ese momento, su vida se convierte en un infierno: alguien quiere matarla y desconoce el motivo. En medio del caos que supone la vuelta a clase, la rutina diaria y tener un acosador detrás, Ainara conoce a Lucas, un chico que hará que su existencia cambie por completo. Enamorarse es algo que ella no contempla y menos, después de haber pasado por una ruptura que le ha traído consecuencias catastróficas: padece ansiedad por el daño que le hizo su ex. Por mucho que Ainara quiera evitarlo, en el corazón no se manda y Lucas despierta en su interior sentimientos capaces de provocar un auténtico cortocircuito.
 Cortocircuito es enamorarse y ser correspondido. Cortocircuito es un flechazo y un pellizco en el estómago, es no querer hablar de otra cosa que no sea la persona amada. Cortocircuito es también el miedo de sentirse en peligro porque alguien te está mandando mensajes de muerte. Cortocircuito es querer huir o meterse debajo de la cama hasta que pase todo, es la angustia en el pecho, las ganas de llorar a todas horas. Todo esto es Cortocircuito, la primera novela de Iris Mackenzie, una conocidísima bloguera que se lanza a la literatura con una historia a medio camino entre el misterio y el amor, entre la intriga y la atracción. Es un thriller, pero también un relato sobre cómo hay personas que aparecen en el momento justo para salvarte. Está publicada por la editorial Kiwi.
            Uno –o sea, yo– tiene la mala costumbre de empezarse todos los libros por los agradecimientos, igual que hay gente que lo primero que busca en un periódico son las necrológicas. Ahí, en las últimas páginas, dice Iris que esta historia guarda un poquito de ella. O mucho. Tiene una visión del amor muy particular, y ¿por qué no? Muy valiente. Sí, en esta novela hay un flechazo entre los dos protagonistas, Ainara y Lucas, que se gustan desde muy pronto; es lo que muchos llaman instalove, pero… ¿qué hay de malo en el amor a primera vista? Todos hemos sentido –y si no, deberíamos hacerlo– una atracción instantánea por alguien, ¿o no? Que no es amor, por supuesto, pero es atracción, o unas ganas enormes de seguir viendo y conociendo a esa persona. El feeling existe, el vuelco en el estómago existe. El enamoramiento en pocos segundos también existe, aunque no queramos verlo. Además, y esto es muy curioso, porque se muestran patrones de conducta diferentes: el chico está más enamorado que ella, y es el más romántico.
            Iris Mackenzie tiene claro quién es su público y, además, lo conoce a la perfección. Es una novela bien escrita, que se basa en los detalles para hacernos creíbles las situaciones y que, además, plantea un misterio por resolver con muy pocos personajes como posibles culpables. Y sale airosa de todo esto. No apuesta una protagonista al uso, sino que retrata a una joven con problemas de ansiedad y agorafobia, con momentos absolutamente emotivos, porque el lector es capaz de empatizar con ella, y de ponerse en su papel. Sentimos su angustia. Dicen algunas voces críticas que el flechazo no es creíble y que el culpable de las amenazas se sabe desde la mitad del libro. Primero, yo defiendo los flechazos; y segundo, aunque sospeches quién puede ser, tendrás que llegar hasta el final para comprobarlo.
            También hay sexo en esta historia. Dosificado, pero lo hay, y además, descrito con mucha delicadeza, sin dar demasiados datos, pero las escenas son lo suficientemente gráficas como para imaginárnosla. Dice la autora que ella siempre escribe los encuentros sexuales riéndose mucho, que es su forma de enfrentarse a ellas.
            Cortocircuito, enmarcada dentro del movimiento New Adult, es una historia que, sin proponer grandes novedades –mezcla de thriller y romántica-, nos regala un rato de lectura agradable, y fluida; la historia tiene una capacidad de atracción innegable. Yo me la leí de dos tardes. Cortocircuito es adictiva, y contagiosa. Iris Mackenzie, te doy la bienvenida al mundo de las letras porque es evidente que estarás mucho tiempo entre nosotros. Si esta novela la ha escrito con 22 años, ¿qué dejará para los 30?




lunes, 1 de febrero de 2016

El misterio de Arlene, Susana Vallejo


SINOPSIS: ¿Cómo te sentirías si tus padres decidieran enviarte a un internado lejos de tus amigos y de tu ciudad? Pues, eso- Así me sentía yo a mis trece años: asustada, enfadada y expectante.
Cuando crucé la puerta de Las Camelias tuve la sensación de que entraba en un lugar del que nunca podría salir. Pero luego, bueno, las cosas no fueron tan mal. Conocí a Bea y a Berto, y, claro, empezamos a meternos en líos. Como cuando descubrimos a los traficantes de drogas que operaban desde nuestro internado…
Menos mal que contamos con la mejor amiga que podríamos tener: Arlene. Una niña como nosotros, solo que, bueno…está muerta. Resulta que es un fantasma. Murió en las Camelias en 1977. Y no recuerda nada de su muerte. Sospecho que guarda muchos secretos. Y no es la única. Las Camelias está plagado de secretos.
Pero ¿Sabes qué?, ¡yo estoy dispuesta a resolverlos todos! ¿Me acompañáis en esta aventura?
Leer a Susana Vallejo siempre es un placer, da igual el género que decida escribir, que siempre logra seducirme. Además, si por algo me ha gustado esta historia, es porque ha logrado que retroceda en el tiempo, a cuando leía de pequeña las novelas de Los cinco, de Los tres investigadores o de Puk, que se convirtieron en mis favoritas. En este caso las aventuras son mucho más modernas y acordes a las nuevas tecnologías.

El misterio de Arlene cuenta las peripecias de tres amigos (Álex, Berto y Bea) y un fantasma (Arlene) que están internos en Las Camelias. El hecho de situarlo en un internado es un homenaje que la autora ha querido hacer a su antiguo colegio, Las Escolapias.

Álex llega nueva a Las Camelias y la primera amiga que hace es Bea, la hija del conserje. Llegados a este punto, Álex toma la primera decisión importante en la que nada ha tenido que ver su madre, y que no le va a reportar beneficios. Álex, que es quien cuenta esta historia, decide ser amiga de Bea, una chica que no es popular en el colegio. El padre de Bea no dispone de una cuenta corriente con muchos ceros, pero para Álex esto no es lo importante. Lo que va buscando en Bea es el significado de la verdadera amistad. Por una serie de circunstancias, a esta pareja marginada de los populares de la clase, se le une Berto, y más tarde Arlene, el fantasma de una niña que murió en 1977, el año que estrenaron en el cine Star Wars.

Los cuatro amigos (como los mosqueteros) empiezan a descubrir algunos de los secretos que esconde el colegio. Es así cómo se ven envueltos en una trama de drogas y cómo empezarán a sospechar de todos los profesores del centro. Nada es lo que parece y las apariencias engañan.

La autora se vale de sus recuerdos para recrear el ambiente de este colegio, así como también sale a relucir su parte friki, un detalle que agradecemos quienes compartimos muchas de las aficiones de Susana. Otro detalle que me ha gustado es poder reconocer a algún que otro personaje en personas que conozco, como al profesor de lengua, Víctor. Las camisetas de Víctor se merecen un monumento.

Me gustaría comentar que la novela tiene unas ilustraciones estupendas de Victoria Fernández, un gran trabajo que hay que alabar.

¿Qué más puedo decir de esta estupenda novela? Que la leáis, porque aunque sea una lectura para chavales de 11 ó 12 años, la vais a disfrutar mucho. Soy de las que opinan que Susana es de las grandes autoras que tenemos en España. Si os gustan las novelas de misterio, esta os cautivará desde la primera palabra.